lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo 5

¿Qué me tendría que decir Alex? Fuera lo que fuera me tenía bastante intrigada. Pronto llegaron las 6.00 y Alex llegó al hospital muy contenta. Era muy guapa. Llevaba puesto una camiseta de Nirvana y unos pantalones cortos. 




Corrió hacia mí y me dio un abrazo. 


- ¡Hola! ¿Qué ha pasado? ¿Qué me tenías que contar? Me tienes nerviosa.

- Carol, ¡Mark y yo nos hemos besado! ¡Por fin! - exclamó. Estaba muy feliz, y yo me alegraba muchísimo por ella. Bueno, por los dos en realidad. Sabía que Mark sentía algo por ella.

- ¡¡¡¡¡¡Qué bien!!!!!! ¿Y estáis saliendo?

- Pues no lo sé. No hemos hablado eso aún. Pero supongo... No se. Vendrá en media hora o así.

- Ais, me alegro mucho por vosotros, Alex.

- Gracias. - me sonrió.


Estábamos en el pasillo, charlando tranquilamente, cuando vi pasar al chico de la cafetería con el que me había chocado. Se llamaba Harry y tenía los ojos azules más bonitos que había visto hasta ahora.


- Hola Harry - le saludé amablemente. Él se asustó y cuando vio que era yo sonrió aliviado.

- Carol, ahora mismo iba a la cafetería. Llevo aquí todo el día y tengo mucho hambre, ¿te vienes?

- Claro. Alex, no te importa verdad? - me giré mirándola.

- ¡No! Claro que no. Además Mark llegará en unos minutos.


Le dije adiós y fui con Harry a la cafetería. Me caía bien, y eso me parecía raro después del primer contacto que tuvimos.




Mientras, Mark había llegado al hospital. Subió a la planta en la que se encontraba Pablo y vio a Alex en el pasillo, sentada, con los brazos apoyados en sus rodillas, con los ojos cerrados y con los auriculares puestos. Se acercó sin hacer ruido y se puso en cuclillas delante de Alex. Le tocó las piernas y ella abrió los ojos sonriendo. Sabía que era él. Se dieron un dulce beso y Mark se sentó a su lado.


- ¿Qué haces aquí sola?


- Esperarte. Carol se ha ido con Harry a la cafetería.

- ¿Harry? - preguntó con cara interrogante.

- Sí, es un chico que conoció aquí en el hospital.

- Ah, bien. Se merece despejar de todos los problemas de su hermano.


Harry y Carol estaban en la cafetería, charlando y tomando una Coca-Cola y un bocadillo.


- ¿Y tú de donde eres?, porque tu nombre aquí no es muy común. - rió Carol.

- En realidad soy inglés.

- Ah, que bien. Me encanta Inglaterra, sobre todo Londres.

- Es una ciudad muy bonita. - sonrió Harry. ¿Y tú cuántos años tienes?

- 16. Bueno, voy a hacer 17 en unas semanas, ¿tú?

- ¿Cuántos me echas? - preguntó Harry riendo.

- Mmm... ¿Dieci... Dieciocho?

- No. Veintiuno.

- ¡Venga ya! - Carol le dio en el hombro.

- Auuuu.

- No tienes veintiuno. - los dos se rieron.

- Tengo dieciocho. Los cumplí antes de ayer.

- ¿Qué? ¡Felicidades!


Carol se levantó, le dio un abrazo y después dos besos. Pero sin querer en el último beso se rozaron los labios. Los dos lo habían notado, agacharon la cabeza y hicieron como si no hubiera pasado nada. Aunque estaban nerviosos...

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