viernes, 16 de diciembre de 2011

Capítulo 7

Cuando me desperté por culpa de la televisión de la sala de espera estaba sola. Harry se había ido. Lo que pasó ayer fue muy extraño, no se como reaccionará hoy al verme...


A los minutos de despertarme alguien entró por la puerta. Era él. Traía dos cafés en la mano y, como no, esa sonrisa perfecta que tanto me gusta. 


- Buenos días, dormilona.

- Hola - dije medio dormida - ¿qué hora es?¿por qué no me has despertado?

- Aún es pronto. Es que me gustaba verte dormida.

Me sonrió y yo noté como mis mejillas ardían.


- ¿Quieres café? - dijo ofreciéndome uno de los vasos que traía en la mano.

- Sí. - se sentó a mi lado y me dio el café. - Gracias Harry.

Estábamos cerca. Demasiado cerca. Podía sentir su respiración y sus ojos mirándome mi boca. Me puse muy nerviosa y agaché la cabeza. ¿Qué coño estoy haciendo?


- Harry... - levanté la cabeza y me estaba mirado. Esos ojos azul cielo que me ponían cada vez más nerviosa.

Cada vez nos acercábamos más y nuestros labios se necesitaban. Antes de que sucediera le miré, quería estar segura. Sus ojos me inspiraban confianza, y sin saber como, ya nos estábamos besando. Me separé de Harry y le abrazé, me sentía muy bien a su lado. Colocó su frente contra la mía:


- Siento mucho lo que te dije ayer. - me dijo Harry arrepentido.

- No importa.

Sonreí y le di otro beso, esta vez solo un suave roce de nuestros labios. 




Desearía poder parar el tiempo y quedarme así, besando a Harry, pero ahora debía ir con Pablo. 


- Harry, tengo que ir a ver a mi hermano.

- Vale. Nos vemos por aquí, no?

- Claro, ¿comemos juntos en la cafetería? - preguntó Carol.

- Sí. Sobre las 2 - sonrió Harry despidiéndose. - Échame de menos.

- Ya lo hago.

Volví a la habitación de mi hermano, que día a día iba mejorando. Pronto llegó mi madre. Alex y Mark no vendrían hoy, ya que, con el día tan bueno que hacía, habían decidido ir a la playa. Mi madre me notaba nerviosa, y aunque yo lo negara, era que no podía esperar a la hora de comer...

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Capítulo 6

Después de pasar una hora en la cafetería con Harry, era hora de ir a ver a Pablo, todo seguía igual, seguía en coma sin ningún tipo de recuperación. Todos tenían miedo de que los médicos se equivocaran pero yo estaba completamente convencida de que él saldría de esta. Todo esto me agobiaba un montón pero cuando estaba con Harry lo olvidaba todo.



- Harry, tengo que irme, Pablo esta solo..

- Vale..., yo tambien tengo que ira a ver a Gemma.

- Nos vemos- me despedí, ¿Gemma? ¿Quien era Gemma? JODER, tiene novia. Soy tonta por pensar que un chico así estaría solo... 


Cuando llegué al pasillo, allí estaban Mark y Alex, muy acaramelados. Al verme se separaron, les daba vergüenza, fui hacia ellos y les di un abrazo. De un momento a otro llegaría mi madre, pues mi padre se tuvo que ir de viaje a Chile por motivos de trabajo. 



- Carol, ya estoy aquí. Siento haber tardado hija, pero se me complicaron las cosas en el trabajo y me he retrasado. 

- Ah, no importa. Todo sigue igual...


Entré con mi madre a ver a Pablo, él seguía enchufado a ese montón de cables, que parecía que no hacían nada pero mantenían vivo a mi hermano. Estuvimos con él el resto de la tarde, pero era como si estuviéramos solas. Al rato, Alex y Mark entraron, venían abrazados. Mark estaba preocupado por la situación crítica de mi hermano pero con la compañía de Alex se le hacía mas llevadero. Venían a despedirse, ya era tarde.




Yo decidí quedarme con mi hermano esa noche, después de un rato convenciendo a mi madre, lo conseguí.  Mi madre también se fue y yo me quedé sola vagabundeando por el hospital. Fui a la sala de estar para no molestar a Pablo, los médicos no me dejaban quedarme en su habitación. 




Al abrir la puerta, vi una cara conocida, era Harry. Le salude aunque estaba un poco molesta con él y a la vez  celosa de Gemma. Él estaba llorando, la verdad que me preocupé mucho.




- Harry! ¿Qué haces aquí?- le pregunté sorprendida, no me esperaba encontrármelo allí. 


-Carol... - me dijo quitando con las manos las lágrimas que le caían por sus mejillas.


- ¿Qué pasa Harry? ¿Por qué lloras?- estaba preocupada. Nunca le había visto así hasta ahora. 


-Nada, no es importante... ¿Pero dime qué haces tu aquí? - me preguntó intentando cambiar de tema.


-Yo soy la que no importo ahora. Dime que te pasa, por favor, Harry.


- De acuerdo te lo contaré: La pesadilla empezó el día que mi hermana fue al medico por un pequeño dolor debajo del pecho. Pensábamos que no era importante pero todo se complicó. Le dijeron que tenía un pequeño tumor maligno, pero que podía eliminarse. Poco a poco, fueron apareciendo más y ahora está recibiendo quimio. No sale de aquí la pobre. Hace un rato, encontré a su médico por el pasillo y le pregunté por su estado. Me dijo que le quedaban un par de meses, no podíamos ilusionarnos con mucho más. Esto es un horror Carol, yo intento llevarlo lo mejor que puedo por ella, porque ella no me vea sufrir, sería peor para ella. Y por mi madre claro, ella está fatal, encima al no tener a mi padre a su lado sufre más. Éste es el motivo por el que estoy aquí, nos recomendaron esta clínica, dicen que hay muy buenos médicos. Mis padres decidieron traerla aquí, harán todo lo que sea por salvarla, pero mi padre se tuvo que quedar allí, en Londres, por su trabajo. Llevamos 2 meses sin verlo, todavía no ha conseguido tener tiempo para venir... - me dijo Harry entre lágrimas.


- Vaya Harry... No sabes lo mucho que lo siento... Entiendo que estés así de verdad... - le dije, entendía perfectamente lo que le estaba pasando. Yo también tengo miedo de que un día llegue y mi hermano ya no esté.


- No Carol, no lo entiendes! Nadie lo entiende! - me dijo en plan borde.


- Sí, si que lo entiendo. Mi hermano está en coma por un puto accidente de moto. Me despierto todos los días con el miedo de llegar al hospital y que ya no este en su habitación. Sabes? - le conteste enfadada. 




Me iba a ir cuando Harry me cogió por el brazo. Me hacía daño, la verdad. No quería que me viera llorar, pero me había dolido que me dijera eso de esa forma. Me di la vuelta, él lloraba tanto como yo.









- Lo siento, Carol, de verdad que lo siento. - me dijo arrepentido.


- Harry...- antes de empezar a hablar, vino y me dio un abrazo. Yo le abracé con las pocas fuerzas que me quedaban. Me susurraba al oído lo mucho que lo sentía. Yo lloraba sin parar... 




No sentamos en los incomodos sillones del hospital y él me abrazaba fuertemente. Yo me quedé dormida apoyada en su hombro y él apoyaba su cabeza en la mía. 


lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo 5

¿Qué me tendría que decir Alex? Fuera lo que fuera me tenía bastante intrigada. Pronto llegaron las 6.00 y Alex llegó al hospital muy contenta. Era muy guapa. Llevaba puesto una camiseta de Nirvana y unos pantalones cortos. 




Corrió hacia mí y me dio un abrazo. 


- ¡Hola! ¿Qué ha pasado? ¿Qué me tenías que contar? Me tienes nerviosa.

- Carol, ¡Mark y yo nos hemos besado! ¡Por fin! - exclamó. Estaba muy feliz, y yo me alegraba muchísimo por ella. Bueno, por los dos en realidad. Sabía que Mark sentía algo por ella.

- ¡¡¡¡¡¡Qué bien!!!!!! ¿Y estáis saliendo?

- Pues no lo sé. No hemos hablado eso aún. Pero supongo... No se. Vendrá en media hora o así.

- Ais, me alegro mucho por vosotros, Alex.

- Gracias. - me sonrió.


Estábamos en el pasillo, charlando tranquilamente, cuando vi pasar al chico de la cafetería con el que me había chocado. Se llamaba Harry y tenía los ojos azules más bonitos que había visto hasta ahora.


- Hola Harry - le saludé amablemente. Él se asustó y cuando vio que era yo sonrió aliviado.

- Carol, ahora mismo iba a la cafetería. Llevo aquí todo el día y tengo mucho hambre, ¿te vienes?

- Claro. Alex, no te importa verdad? - me giré mirándola.

- ¡No! Claro que no. Además Mark llegará en unos minutos.


Le dije adiós y fui con Harry a la cafetería. Me caía bien, y eso me parecía raro después del primer contacto que tuvimos.




Mientras, Mark había llegado al hospital. Subió a la planta en la que se encontraba Pablo y vio a Alex en el pasillo, sentada, con los brazos apoyados en sus rodillas, con los ojos cerrados y con los auriculares puestos. Se acercó sin hacer ruido y se puso en cuclillas delante de Alex. Le tocó las piernas y ella abrió los ojos sonriendo. Sabía que era él. Se dieron un dulce beso y Mark se sentó a su lado.


- ¿Qué haces aquí sola?


- Esperarte. Carol se ha ido con Harry a la cafetería.

- ¿Harry? - preguntó con cara interrogante.

- Sí, es un chico que conoció aquí en el hospital.

- Ah, bien. Se merece despejar de todos los problemas de su hermano.


Harry y Carol estaban en la cafetería, charlando y tomando una Coca-Cola y un bocadillo.


- ¿Y tú de donde eres?, porque tu nombre aquí no es muy común. - rió Carol.

- En realidad soy inglés.

- Ah, que bien. Me encanta Inglaterra, sobre todo Londres.

- Es una ciudad muy bonita. - sonrió Harry. ¿Y tú cuántos años tienes?

- 16. Bueno, voy a hacer 17 en unas semanas, ¿tú?

- ¿Cuántos me echas? - preguntó Harry riendo.

- Mmm... ¿Dieci... Dieciocho?

- No. Veintiuno.

- ¡Venga ya! - Carol le dio en el hombro.

- Auuuu.

- No tienes veintiuno. - los dos se rieron.

- Tengo dieciocho. Los cumplí antes de ayer.

- ¿Qué? ¡Felicidades!


Carol se levantó, le dio un abrazo y después dos besos. Pero sin querer en el último beso se rozaron los labios. Los dos lo habían notado, agacharon la cabeza y hicieron como si no hubiera pasado nada. Aunque estaban nerviosos...